miércoles, 15 de octubre de 2008

Rosas azules de Cracovia

Rosas azules de Cracovia
te prometo,
pero rescatame de la tormenta
Siento no tan lejos
las síncopas del juglar
Sentí
cuando vi la otra plaza
que la Tierra pudo ser redonda.
Afuera mis alforjas están mojadas,
¿qué siglo es?
¿de qué color te gustan las rosas?
Está bien,
otro cuarto de vino
pero antes que se consuma la vela
espero tu caída de ojos.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Staphisagria

Las gotitas homeopáticas iban a servir por ejemplo, para sentirme más feliz en el trabajo. Entonces me empecé a preguntar sobre esto, y visité dos clientes. Uno me recibió de bermudas verde militar y chaleco verde militar. O sea, yo pensaba: voy a visitar a este tipo que es un buen cliente, de los que me convienen: "pagan siempre, no te joden; si vos mínimamente los cuidás no te dejan". Y el chabón me atiende disfrazado de marine, me hace pasar y yo digo: ¿dónde me metí? Pero salgo y visito a mi cliente chino de la vereda de enfrente. El chino se da vuelta unos instantes, y me abstraigo en su cuello redondeado, o mejor, me cuelgo con los contornos de su cuello regordete; lo extraño es que me gusta por lo feo. Tiene una mujer muy linda y dos hijos: Facundo y Francisco. Pero yo igual le pellizcaría un poquito el cuello.

martes, 7 de octubre de 2008

Bailaora

Se llevaba cada tanto un hombre. “Unas degustaciones” dijo. Yo reí, porque fue gracioso, pero me sorprendí: ¡Qué extraña manera de seducir!, porque era eso lo que hacía, no? y de forma letal. Ella misma, poco antes o poco después habló de algunas formas de seducir que consideraba fáciles, burdas, (no me acuerdo bien la palabra que usó) como valerse del acento extranjero. Pero todo lo pronunciaba tan bien que yo fácilmente caía. Se me ocurrió que su estocada final me la daría en el tablao cuando empapada en un sudor que oliera a una mezcla de almizcle y azahares, comenzara a vibrar por efecto de las llamas.