domingo, 19 de diciembre de 2010

espumoso

“El mar, ese indeciso”, me lee
me hace escuchar mi propio ronquido e
indaga mi sueño con su lengua
Boca abajo, el desafío es no despertar:
integrar el cosquilleo a lo desconocido.
Como el mar voy y vengo del sueño
En este limítrofe placer hay algo, no obstante,
en la orilla de la vela que no cuadra
que no me puedo llevar
Despierto y giro.
Ella deja todo en la cancha y no alcanza
Las lágrimas, los herpes
lo simbólico
El viaje. Eso.
No hay chance de parar.
Pido de vuelta unos versos de Michaux
Es en balde toda otra compañía

jueves, 9 de diciembre de 2010

dos ostras de la mano

Estaba el yo poético en la playa
Olas de tres metros, pleamar
Barrenar nos propusimos y re-locos
Parafina fuimos a buscar
De la mano nos quemábamos los pies
Los pies más lindos en la playa
Las olas más grandes en el mar.
En un rapto frenético me propuso:
“Che, ¿la parafina se puede tomar?”

Yo quise contenernos, quise rescatar
Pero su impulso, su capricho
Fue muy duro de parar.
Fuimos dos rubios alocados pero al supernatural
Pateamos una serie de sombrillas,
Sumergimos el paladar

Barrenar, barrenar, barrenamos sin parar
Fue toda nuestra meta, nuestro solo transitar
Todos los deseos, de la mano caminar
Todo nuestro mundo sumergido en alta mar

-Ey medusa -nos gritaron
-Somos un par de ostras -tuvimos que aclarar-
Somos frutos sumergidos
Nos está gustando este lugar
-Sí, sí, -encararon moluscos fascinados-
Sean bienvenidos, usen nuestro hospital
Hay unas pirañas medio fachas,
nada que nos deba preocupar.

Emparafinados hasta el culo
Hundidos en el mar
Bailamos todos juntos
La danza del iodo y de la sal.

Barrenar, barrenar, barrenamos sin parar
Fue toda nuestra meta, nuestro solo transitar
Todos los deseos, de la mano caminar
Todo nuestro mundo sumergido en alta mar