"No se discute acerca de la brisa del mar, se fortalece uno cuando la siente." Ezra Pound
miércoles, 16 de noviembre de 2005
Sparring Partner
Manejo por la calle Billinghurst. En la radio, una canción en italiano; es de la última peli de Francois Ozon, dicen. Aunque antes de escuchar el idioma, escucho un giro de la melodía que me pone alegre. Después el italiano de voz ronca la tararea y esto me causa alegría; claro, lo de antes era felicidad. Se me ocurre que yo mismo quiero cantar: no digo en ese momento sino cantar como algo que yo haga y de esta manera lograr ese estado del que estoy hablando en forma permanente o casi. Se me ocurre parar el auto y parar en un bar a escribir. El Banderín está lleno. Doy la vuelta a la manzana y no encuentro nada. Termino en Palermo, pido un Campari y ahora, ¿una hamburguesa? Sí, a Belén. El trago me desvió el objetivo. Pero qué me pasó con el italiano de quien no alcancé a retener el nombre y de quien ahora quiero conseguir su disco. ¡Es la música, es la música!, me dije y se me ocurrió que me llamaban por teléfono y yo decía: estoy llorando porque me gusta la música. Y pensé en lo complicado de mis últimas lecturas y en cosas que prefiero dejar a mitad de camino, pero: que prefiero prefiero. Y pienso en qué maravillosa bebida es el Campari. Y otra cosa, una encuesta: ¿Película favorita? Closer de Mike Nichols.La llamo a Belén y le pregunto: Por qué, mierda, por qué. Belén se va. Yo sigo: Love, Liebe, amorrre. Ahora me pregunto para mí, porqué me fijo tanto en las tetas últimamente. Y me contesto: ¿y vos qué hacés? Para volverme a decir: leo y a veces escribo. Belén tiene que pasar cerca de mi mesa y yo de vuelta:- ¡Love, liebe, amorrre!. Me deja la cuenta.
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