miércoles, 5 de noviembre de 2008

Cosquillosa

Hoy te llamé y me dijiste que lo que yo tenía que hacer era seguir para adelante, hacia el fracaso. Yo pensé que ya fueron suficientes frustraciones y que sí, que es tiempo de un buen fracaso. Te iba a llamar de noche porque me agrada que me preguntes cómo me fue en el día, pero no me contuve y te llamé de tarde; tu interés entonces fue saber cómo seguía mi día. Mi día se iluminó, se limpió de dudas. Y empecé a sentir cosquillas al saltar, como en un viaje hacia una inmediatez mágica.

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